jueves, 27 de marzo de 2014

Eugenesia ¿Ética o Perversidad?

Eugenesia, ¿ética o perversidad?

Que los mejores se unan carnalmente lo más a menudo posible con las mejores, y los más inferiores, con las más inferiores lo más raramente posible, y criar a los hijos de los primeros, no a los de los segundos, si se tiene la      intención de que el rebaño sea muy perfecto.
Platón

Eugenesia Platónica: Pasado histórico

Espero el epígrafe que he osado utilizar para comenzar este ensayo sea lo suficientemente claro con respecto a la longevidad de la búsqueda del hombre con respecto a su propio desarrollo y progresiva perfección. Vemos en él la idea de Platón, plasmada en su obra filosófica política, La República, de que si se desea que la sociedad sea perfecta se deberá instaurar un arbitraje que permita que los “mejores” se apareen sólo con las “mejores” y que los “inferiores” hagan lo propio con las féminas de su clase. ¿Qué podemos leer entre líneas? Basándome en la idea de que usted, lector, ya ha tenido el gusto de leer la obra política de Platón, asumo que el concepto de “Guardián” no le será desconocido.

En su obra filosófica, Platón, proyecta una ciudad perfecta, una utopía, que yace acogida bajo una serie de valores y preceptos que llevarán al individuo, la sociedad y su gobierno a encontrar el fin máximo de la felicidad, al haber logrado el desarrollo y con ello, finalmente la perfección del hombre. Entre estas características están los valores de la prudencia, el valor, la templanza y la justicia, sin embargo, el no ahondaré más en ellos debido a que el tema de este ensayo no corresponde a la explicación de dichos valores. Sin embargo, recurriré a recordar algunas partes del texto clásico, donde Platón deja en la mesa el tema de la eugenesia.

En su texto, Platón concibe a los “Guardianes”, individuos que han sido seleccionados desde el momento de su concepción, estos han sido engendrados bajo estándares que eviten cualquier problema en ellos y sus reglas y educación serán diferentes a las del resto debido a que ellos están un paso arriba del hombre común. Platón asegura que estos sujetos serán los encargados de la conquista y salvaguarda de su Utopía, así como de los ciudadanos. A manera de ilustrar esto, nuevamente recurro al epígrafe del inicio de este ensayo, sólo los mejores podrán tener relaciones sexuales con fines reproductivos, a su vez, los hijos nacidos de estos serán únicos e inmediatamente separados del resto para evitar su corrupción o malformación. Platón es claro, esta nueva especie humana no podrá compartir espacio con el hombre común, pues el segundo es corrupto y vicioso, carece de un camino y su misión por llegar a la verdad y alcanzar la felicidad será más difícil que aquéllos virtuosos que han alcanzado la perfección. A manera de información que nos servirá más adelante, Platón establece en su forma de gobierno un tutelaje gubernamental que sea arbitro de las uniones matrimoniales y carnales entre los ciudadanos, esta entidad debe cuidar que sólo los seres “mejores” puedan procrear, mientras que los “inferiores” deberán ser parados cada vez que se tenga oportunidad, esto con el fin de lograr poseer una sociedad superior. (Platón, 2012)

El problema de Platón con respecto a estos controles de natalidad entre las personas de su Utopía recayó en que, al ser el alma un tema aún más importante que el cuerpo en su obra, los seres con almas doradas, los seres más perfectos entre la raza humana, podían concebir seres con almas plateadas o bronceadas, por lo tanto los controles natales suponían una pérdida de tiempo, pues no podrían ser infalibles.

Platón podría ser el primer ideólogo de la eugenesia en la historia, y con ellos debemos desenmarañar el hilo histórico que logró consolidar a la Eugenesia como una ciencia en el Siglo XIX.

Podemos encontrar un siguiente paso en esta ideología de perfección dentro de la cuarta tabla perteneciente a las Doce Tablas de la Ley Romana, en dicha tabla, que trata los temas con respecto a los derechos paternales y matrimoniales, se habla, específicamente en la tercera ley. Con perdón de lo políticamente incorrecto que se lea, tendré que citar íntegramente esta oración con el fin de evitar juicios de valor en mi contra:

“El padre dará inmediatamente muerte a su hijo recién nacido, quien es un monstruo, o tiene una forma diferente a la de los miembros de la raza humana”  (The Laws of the Twelve Tables, 449 A.C.)

La idea de lo diferente al hombre es vista claramente como algo aberrante, algo que incluso culmina en llamar a estos individuos “monstruos”, si bien la Ley Romana no legisla directamente sobre las uniones matrimoniales o carnales con el fin de poseer mejores ciudadanos, si expresa un miedo hacia lo que no es común. Siguiendo y afirmando lo presupuesto en las Doce Tablas Romanas, Séneca, filósofo político y mentor de Nerón, escribió en su diálogo sobre la ira, que los romanos no sólo acababan con la vida de los perros rabiosos, sino que también con la de los niños deformes y débiles de nacimiento. (Seneca, 1995) 

Como he dicho, en el periodo romano no hay muestra directa de la eugenesia como tal, refiriéndome a la manera en que la gente deberá de procrearse con el fin de lograr la perfección, sin embargo existe el claro miedo a aquéllos seres que arbitrariamente se consideran diferentes al ser humano.

Creo, desde este punto, usted, lector, tendrá ya una clara idea de lo longeva que es la ideología de la eugenesia, y claramente podemos intuir los problemas éticos presentes. En esta primera instancia, tomando a los romanos como punto de partida, el problema acerca de la dignidad humana y su igualdad entre su misma raza, ¿qué haríamos si hubiésemos sido parte de ese tiempo específico? La Constitución y por lo tanto, la ley, lo decía, los filósofos políticos la apoyaban. Tomando en cuenta que la ley, según los expertos del derecho como Ferdinand La Salle o Riccardo Guastini, es la fuente primaria del arte y sabiduría social a su vez  que se asienta en los factores sociales de poder, ¿podríamos decir que la propia sociedad mantenía una ideología en contra de lo diferente? ¿Y con ello podríamos pensar que la visión romana hacia lo diferente o anormal era algo ético en su tiempo, pues suponía una universalidad de los valores que la ocasionaban?

Claramente es una pregunta difícil, para muchos hoy en día nos es imposible pensar en seres humanos que tengan la necesidad de morir por el bien de la sociedad, es obvia la evolución ideológica que ha mostrado la raza humana a lo largo de la historia, sin embargo, ¿podríamos en este punto dar una conclusión a favor o en contra de la práctica de la eugenesia? A mi parecer no, aún es muy pronto y nuestros juicios de valor nos orillarían a caer en una conclusión sin razonarla previamente, por ello seguiré con el hilo histórico hasta llegar a nuestros días con el fin de encontrar una posible respuesta a nuestro problema.

Pasaré varios siglos, de aquellos en los que el Imperio Romano cayó y los posteriores donde la razón humana creció, dando como resultado la Ilustración, el Renacimiento o el Liberalismo debido a que no encuentro materia alguna en estos textos que reflejen una actitud directa con respecto al tema. Si bien durante estos grandes periodos humanos, la razón llevó a repensar al hombre como un ser que posee derechos individuales y garantías, este hecho no es suficiente para reflejar una actitud real hacia el tema. Tomo esto considerando que si bien el liberalismo estableció la mayoría de derechos humanos conforme se consolidó el contractualismo social, su actitud para las “razas inferiores” era diferente, tomemos en cuenta como varias naciones europeas, aún después de haber sido cuna de las grandes ideas y revoluciones del mundo, terminaron subyugando a los pueblos americanos, africanos y asiáticos aún hasta el periodo de la posguerra.

Galton: La mejor oportunidad

Lo que la naturaleza hace ciega, lenta o de manera despiadada, el hombre puede hacerlo de forma providente, rápida y amable. Yace en el hombre este poder, por ende es su deber trabajar en dicha dirección.
Francis Galton

Es por eso que me enfocaré ahora en hablar acerca del que, popularmente, se considera el padre de la Eugenesia, me refiero al británico, Sir Francis Galton. Como ya hemos visto, es autor de la teoría moderna de la Eugenesia, y aunque en su texto jamás menciona una posible inspiración que remonta a Platón, podemos deducirlo fácilmente debido a las acciones que describiría en su obra como métodos para la perfección genética de la raza humana. (Galton, 1998)

Llegado el Siglo XIX e influido por la obra de su primo, Charles Darwin, Francis alton vio en este modelo darwiniano de la supervivencia del más fuerte una razón para iniciar una investigación basada en la matemática y la medicina. Su máxima se orientó a darle las herramientas necesarias a las razas humanas más aptas para su rápida permanencia sobre las más débiles. Dichas herramientas suponían la discriminación en base al empleo, la inteligencia, el poder físico y cognitivo, su misión era quitarle a la naturaleza la facultad de decidir sobre la evolución humana y darle al hombre la posibilidad de elección sobre su desarrollo basado en la selección artificial. (Galton & Galton, 1998)

Galton fue el primer individuo que públicamente exhibió sus planes de poseer registros familiares como una obligación dentro de Reino Unido, esto con el fin de poder elegir a aquellos que se verían “aptos” para la reproducción. Sus ideas, rápidamente fueron atacadas por su primo, Darwin, al expresar este último que tales mecanismos serían arbitrarios y antinaturales. A pesar de esto, la sociedad de la Inglaterra Victoriana aceptó la teoría de la Eugenesia y aceptó los estándares de Galton donde las personas debían ser catalogadas entre “dotados”, “capaces”, “promedio” y “degenerados”, promoviendo únicamente el matrimonio y reproducción entre las primeras dos clases con el fin de, artificialmente, promover una nueva raza. (Galton & Galton, 1998)

Como bien apunta el trabajo de David J. Galton, la segregación humana abarcaría en un primer término a todos aquellos que padecieran enfermedades metales o que fuesen criminales, es importante recalcar que no se exhibe idea alguna en estas ideas de un exterminio ni de despojar de la vida a estos sujetos, sino de impedir su reproducción con el fin de prevenir problemas sociales a futuro.

Hasta este punto podemos ver la nueva mentalidad en torno a la perfección artificial del hombre, Galton y su escuela toman las bases platónicas y las moldean al siglo XIX. Los mecanismos de discriminación humana consistían en la inteligencia demostrada, el empleo que los individuos poseían, con ello inmediatamente se encuentra el tema de riquezas y acomodo social, la fuerza física y las habilidades cognitivas. Si bien hasta esta nueva escuela se toca el tema de una “raza perfecta”, no se hace mención a que raza humana es la mejor, de hecho, la razón en la que va orientada la teoría de Galton es la de evitar que el hombre del futuro posea los males del hombre del presente.

En sus memorias, Galton expresa que su ciencia se ha pervertido y ha sido mal entendida entre aquellos que la practican o la aceptan, así como ha sido criticada por individuos que no ven realmente su fin, quienes dice, han asegurado que la teoría de Galton supone la crianza, como aquella que se aplica en los animales domésticos, del ser humano perfecto. Galton expresa lo siguiente “El hombre no sólo fue dotado de piedad y buenos sentimientos, sino del poder de prevenir el sufrimiento. Veo con buenos ojos de que ejerza su poder para reemplazar a la Selección Natural con otros procesos más piadosos y no menos eficaces”. (Galton F. , 1908) Su idea con respecto a la Eugenesia es claramente evitar el sufrimiento de los seres humanos, a través de la selección artificial, ¿no es acaso ético evitar que un niño sufra de anomalías que podrían hacerlo no vivir plenamente? ¿O no es aún más ético darle al niño una vida acomodada para que no sufra los problemas de la falta de recursos con el único fin de que viva feliz?

Estas incógnitas son hasta la fecha un tema polémico, claramente influido por el supuesto de ¿quiénes somos para decir qué es normal y que no? O ¿Quiénes somos nosotros para impedir una vida o una unión? Bueno, creo hemos avanzado más en estas hojas que hemos llevado y tenemos ahora una imagen más completa sobre tan polémico tema. Como aún no es clara una respuesta seguiré recogiendo el pensamiento en torno a este tema.

Pero antes de recoger el pensamiento de otras épocas o las prácticas de la eugenesia, me veo obligado a hacer una distinción tan importante para entender a la eugenesia como lo es la explicación entre la eugenesia positiva y negativa.

Eugenesia positiva y Negativa: ¿a qué nos referimos?

El hombre es generalmente más cuidadoso en la crianza de sus  caballos y perros que en la de sus  propios hijos.
William Penn

El movimiento de la eugenesia, especialmente a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, establecieron, y lograron, dar un mayor significado a la palabra Eugenesia y a todo lo que con ello respecta. Su fin, así como había arrastrado la ideología desde su época en la antigua Grecia, era el de hacer al hombre más sano y más perfecto, esto en torno a poner trabas a aquellos individuos que no cumplieran con las características que he mencionado en la parte anterior.

Con respecto a esta mayor conceptualización encontramos la divergencia de dos corrientes habitantes del mismo canal. La eugenesia positiva y la eugenesia negativa. ¿A qué me refiero con esto? Pues bueno, me refiero a la polaridad de ideas que hacen del concepto algo complejo.

La eugenesia positiva debe entenderse como la ciencia que busca desarrollar la salud del ser humano, sus habilidades y sus características dentro de la población. Esto basado en la promoción y apoyo político para que los sujetos más aptos puedan concebir seres humanos más sanos y así, artificialmente, ir erradicando los problemas congénitos de la raza humana o incluso lograr erradicar todas las enfermedades conocidas, en esta idea, lo que se realiza es desalentar uniones entre sujetos “no aptos”, sin impedirlas de facto. Del lado contrario, encontramos la eugenesia negativa, que puede entenderse como la ciencia que busca la reducción y progresiva supresión de todo gen dañino o “sucio” para el hombre, busca erradicar los desórdenes, deficiencias o males del hombre por medio de la prevención activa, o sea, el impedimento fe facto de uniones entre individuos menos saludables o capaces. (Buchanan, Brock, Daniels, & Wikler, 2000) A manera de aclarar esto, hago la siguiente analogía, mientras la eugenesia positiva actúa como una campaña de prevención, su contraria actúa bajo los preceptos propios de una ley.

Si bien ambas ideas están conectadas en su raíz a la misión de crear una mejor generación de seres humanos, las dos difieren en sus métodos, y lamentablemente para el campo de la genética y la eugenesia en general, la sombra y la tan mala reputación que quedó en ella tras los sucesos ocurridos en Estados Unidos de América durante los años 20’s o en la Alemania Nazi de Hitler en la década de los 30’s y 40’s, concluyó en que la ciencia y su ideología fuera considerada uno de los peores males que han nacido de la psiquis humana. (Buchanan, Brock, Daniels, & Wikler, 2000)

¿Podemos ya llegar a una respuesta concreta con respecto al tema? ¿Es ético hacer uso de la eugenesia siempre y cuando se apliquen los principios de la rama positiva o será lo mismo que aplicar su contraria? Creo, aún es pronto para hablar, aunque ya se ha encontrado la diferencia de ambas ramas de la eugenesia, sus objetivos y sus herramientas para su implementación, lo que nos hace tener ya un conocimiento mayor sobre el tema y no tomar una decisión tan precipitada que nos dejaría viendo como ignorantes del tema o de la cuestión en general.

Arios y americanos: La eugenesia negativa a través de la historia

Esparta merece ser reconocida como el primer Estado nacionalista. La exposición de los enfermos, débiles, niños deformes, en definitiva, su destrucción, fue lo más decente y honestamente, mil veces más humano que condenarlos a la locura que abunda en    nuestros días.
Adolf Hitler

A manera de evitar caer en la idea de que este ensayo ya posee una respuesta desde el principio, me veo en la necesidad de contrastar los puntos, por lo que recurriré a exhibir los dos sucesos históricos más conocidos del uso negativo de la eugenesia, me refiero claramente al caso americano de la década de los veinte y el caso de la Alemania Nazi.

Durante la década posterior a la Primera Guerra Mundial, los Estados Unidos de América adoptaron socialmente un debate público que derivó en que muchos consideraran que aquellos que se encontraban como criminales o aquellos que padecieran de males mentales debían ser esterilizados con el fin de evitar su posible reproducción. Esta idea inmediatamente nos recuerda a los preceptos establecidos por Galton en su teoría de la eugenesia, evitar a los pacientes mentales y criminales el derecho de reproducción. El debate alcanzó al gobierno e incluso logró hacerse de una ley en el estado de Nueva York, el cual suponía evitar a las generaciones futuras los males que pudiesen heredar de genes imperfectos. Como diría Reilly en su escrito, el camino que tomó la eugenesia en los Estados Unidos se basó sobretodo en propaganda de odio y miedo bajo los argumentos de que estos seres “inferiores” eran los que se alimentaban con los impuestos, pues una parte de estos iba directo hacia el mantenimiento de los reclusorios y manicomios a lo largo del estado y de la Unión Americana. La respuesta ciudadana fue obvia, se aceptó la castración de estos sujetos con el fin de impedir el esparcimiento de sus genes en la sociedad “pura” americana. Con el paso del tiempo, incluso estados como Connecticut empezaron a pasar leyes que impedían el matrimonio entre individuos considerados genéticamente inferiores, esto debido a padecimientos como epilepsia, tuberculosis, enfermedades venéreas, alcoholismo, criminales o débiles mentales. Para 1913 el Distrito de Colombia había dado un paso más lejos, impedía de manera legal los matrimonios y uniones entre blancos y negros, esto bajo el precepto de que la raza negra podría “adulterar” a la raza blanca. (Reilly, 1991)

Las ideas de Francis Galton fueron puestas en marcha, pero ¿en qué nivel? ¿Sobrepasaron los límites de Galton y corrompieron la búsqueda por la salud humana? Claramente el caso americano se concentró más hacia el ala negativa de la eugenesia que hacia su contraria positiva, su búsqueda por la perfección y la salud americana acabó en leyes de segregación racial, ya no era que si el sujeto a poseía una enfermedad congénita o si el sujeto b fue el mejor de su clase de matemáticas. El tema racial había llegado a la mesa de debate y con ello se había inyectado a la teoría un tinte que velaba por lo que se conoce hoy en día como “la supremacía blanca”.

El caso americano seguramente exhibe el primer caso público, social y legal con respecto a la eugenesia en el siglo XX, a pesar de su clara inclinación por la práctica negativa no llegó a los niveles del régimen de Adolf Hitler, a continuación veremos el por qué.

Para julio de 1933, la Alemania Nazi de Hitler, en su afán por conseguir la pureza racial de los “arios”, legalizó una serie de medidas que suponían la puesta en práctica de las teorías de Galton a un nivel más alto que el que, quizás hasta la fecha, se haya visto. Fueron legalizadas las Cortes Genéticas que debían servir de árbitros para los ciudadanos alemanes, los males como la esquizofrenia, el alcoholismo, enfermedad de Huntington, deformidades y debilidad mental en cualquiera de sus versiones, desde Alzheimer hasta síndrome de Down, eran inmediatamente condicionantes para prohibir la reproducción y matrimonios. La esterilización por ley de estos sujetos entró en vigor al mismo tiempo y para finales de 1945 se contaban alrededor de 400,000 individuos que habían sido castrados. (Shah, 2013)

Las leyes fueron aún peores que las americanas, la pureza racial era un tema de Estado y la ideología nacional impedía a cualquier costo la unión de arios puros con cualquier otro individuo impuro, llámese judío, africano, homosexual, gitano, etcétera. Las sanciones en su plano legal y social ameritaban la esterilización inmediata, sin embargo, a sabiendas del régimen, estos sujetos que corrompían a la raza aria eran llevados a campos de concentración y exterminio donde eran sometidos a la “solución final”. La raza aria debía ser la única y la más poderosa, el mundo no era lugar para razas inferiores y por lo tanto, todo aquél que no fuera ario debía ser automáticamente exterminado. La limpieza étnica había comenzado. Incluso, los hijos de arios con problemas mentales o discapacidades eran inmediatamente detectados por el sistema político Nazi y eran enviados a hospitales o manicomios donde, bajo una sarta de mentiras, eran asesinados en el nombre de la Gran Alemania. (Kennedy Institute of Ethics, 2002)

El caso alemán claramente se levanta como el más vil que ha surgido basado en los principios de Galton, el claro enfoque a la eugenesia negativa fue causante de una enorme cantidad de pérdidas humanas durante los años de 1933 a 1945, sin embargo, debo mencionar que durante los Juicios de Núremberg, al ser cuestionados sobre sus acciones en el campo de la medicina, varios médicos nazis afirmaron que sus métodos no eran endémicos del régimen de Hitler, sino que eran practicados a lo largo y ancho del planeta.

¿Entonces?: La eugenesia en el plano ético

Es en la esterilización del fracaso, y no en la selección de los logros dados por la crianza   , donde yace la posibilidad  de mejoramiento y desarrollo de todo ser humano.
H.G. Wells

Como podemos ver, hemos encontrado el principio del prejuicio actual con respecto a la eugenesia, el problema principal de este nació a finales de la década de los 40’s. Los horrores del nazismo y su búsqueda por la purificación racial hicieron a la eugenesia una ciencia perversa y corrupta, sin reputación ni sentido, confinada únicamente para aquellos que compartieran tan perversos sentimientos como los de los nazis. Quedó varada en el rincón de las vilezas de la humanidad.

Pero después de todo lo que hemos visto, ¿aún podemos mantener esa misma mentalidad con respecto a esta incomprendida ciencia? Yo creo que finalmente es tiempo de poner las cartas sobre la mesa y comenzar el verdadero cuestionamiento ético. ¿Es la eugenesia ética o no? La pregunta es clara, sus respuestas deben inclinarse a alguna de sus resultantes, la neutralidad no puede ser aceptada. ¿Lo ve, usted? Acabo de caer en uno de los problemas comunes que rodean a este polémico tema, la polarización ha creado problemas, problemas que contraponen a ambas visiones del mismo tema, unos a favor y otros en contra, pero, ¿hay un término medio que pueda justificarse?

Si bien a raíz de la caída de la Alemania Nazi la sociedad mundial, incluso los Estados Unidos quienes años atrás habían apoyado los planes de Hitler con respecto a la eugenesia, se habían volteado en contra de la ciencia de la genética y la evolución artificial. El mundo había cambiado y la eugenesia ya no era vista con los ojos científicos que la observaron durante varios años. ¿Pero realmente pasó esto? Es sabido que las leyes y administraciones con tendencias a esta eugenesia antigua han sido desplazadas al baúl de las ruinez humana, pero si bien estas prácticas han relativamente cesado, recordemos el caso peruano en 2002 bajo la administración de Alberto Fujimori, quien presionó a una parte de la población con el fin de esterilizarse voluntariamente. Más que cesado el concepto ha evolucionado hacia la fertilización in vitro (Aultman, 2006), al mapeo genético de enfermedades o razas humanas; como el caso mexicano de 2009, donde se logró mapear los genes que preponderan en la mayoría poblacional; esto con el fin de lograr encontrar soluciones a los problemas médicos. (Navas, 2009)

A partir de este párrafo expresaré mis ideas y finalmente mis conclusiones, no espero usted, lector, comparta mi punto de vista, pero espero logre entender la base de mis argumentos en vista de lo que hemos visto anteriormente, además del propio uso de sus valores y ética personal.

Tomaré para la siguiente argumentación sólo los elementos de la eugenesia positiva, me reservo el derecho de hablar o no sobre mi posición con respecto a la eugenesia negativa.
Es cierto que un principio de la ética es la dignidad humana, a su vez que lo es la conservación y defensa de la vida del ser humano, entonces, dadas estas máximas universales, ¿qué podemos decir con respecto a la eugenesia?

Pues bien, permítame, usted lector, idealizar ciertos escenarios que baso en el trabajo Genetics and Justice de Buchanan y Brock. Supongamos estos escenarios:

a.    Una pareja se ha enterado de que su hijo, aún no nacido, posee una serie de enfermedades que impedirán su vida fuera de casa. Está en ellos la decisión de interrumpir el embarazo o permitir su nacimiento.

b.    Una pareja se une y piensan tener un hijo biológico. La madre posee un historial largo de enfermedades familiares como Alzheimer y cáncer, por su parte el padre posee un historial de cáncer y enfermedades respiratorias.

c.    Una pareja espera tener un bebé, sus ingresos apenas y pueden mantener a ambos, ha habido ocasiones en que han permanecido sin comer durante días.

d.    Una mujer espera tener un hijo, acude al médico para pedir un embarazo in vitro con el fin de que su hijo nazca sin problemas que puedan impedir su vida en el futuro.

Veamos estos 4 escenarios vistos desde el punto de vista que actualmente se considera mayoritario con respecto a la vida.

a.    La pareja no impide el embarazo, ha optado por tener al bebé. Los doctores aseguran que su esperanza de vida será de unos 15 años bajo cuidados muy específicos e importantes. La preservación de toda vida corre aquí una enorme importancia y los padres han decidido preservar la de su hijo. Con forme pasan los años, la salud del niño se mantiene, sin embargo tiene prohibido salir de casa debido a los problemas que esto pudiese traer, no puede tener amigos debido a que no conoce personas fuera de su círculo familiar, su vida pasa dentro de casa, sin salir, encerrado entre las paredes del hogar. Con los años, el niño muere. Jamás conoció el exterior en razón a preservar su vida.

b.    La pareja finalmente se une y conciben un hijo. El niño posee una enorme posibilidad de padecer cáncer en algún momento de su vida, este peligro ha llevado a la familia a inculcarle una serie de medidas preventivas para evitar cualquier problema en el futuro. El niño es impedido de hacer o comer varias cosas. La vida humana se preservó.

c.    La pareja decidió ejercer su derecho a la reproducción, sin embargo los costos del parto fueron muy altos, no tuvieron otra opción más que endeudarse con el banco. El niño ha crecido en un ambiente donde la precariedad impera, a veces no puede comprar algún lujo más que lo necesario, hay veces en que ha permanecido sin comer. La vida se protegió como principio ético universal.

En estos escenarios donde la vida fue una máxima tenemos en cuenta las consecuencias que podría conllevar cada uno, siguiendo la ética de Kant, no son las consecuencias ni las causas lo importante, sino el mismo fin, y como personas, el fin es cada uno de nuestras vidas. ¿Pero, y con respecto a la vida digna? Permítame, lector, mostrarle mi punto de vista tomando la dignidad como la máxima.

a.    La pareja ha considerado los problemas que su hijo podría tener de nacer con toda esta larga lista de enfermedades, no quieren que su hijo viva siempre encerrado, como un animal, sin posibilidades de interactuar con el exterior, sin posibilidades de hacer amigos externos a la familia o incluso de poder jugar en el patio de la escuela. ¿Hay dignidad en traer al mundo a alguien que tendrá que permanecer encerrado durante toda su estadía en esta realidad? Los padres han considerado que no, deciden interrumpir el embarazo y no traer a este mundo a alguien que no podrá vivir de la mejor manera.

b.    La pareja sabiendo el tan enfermizo historial médico de ambas partes ha decidido evitarle una vida llena de precauciones que podrían coartar la libertad, a su hijo. Ambos han preferido la adopción, darle el amor que como pareja poseen a un niño que no tenga el riesgo de padecer enfermedades que no lo dejen vivir una vida digna y libre.

c.    Ambos padres conscientes de su situación económica han decidido primero trabajar en lograr una estabilidad económica que evite a su hijo las carencias de la realidad capitalista que impera en la sociedad. Antes de pensar en traer al mundo a un hijo que podría verse en aprietos debido a la estabilidad económica no es digno, ¿Qué dignidad hay en traer al mundo a alguien que su primer contacto, al menos, con la realidad será duro y por ende podrá hacerlo sufrir?

Creo que ya se ha visto el tema en donde concentro este ensayo, el tema del derecho a una vida digna contra el derecho a una vida en sí misma. Es en este sentido que el tema de la Eugenesia se desenvuelve, la dignidad contra la vida, ¿qué es mejor o qué es peor? Creo no tenemos una respuesta que pueda agrupar a todas las respuestas, pues siempre existirá esta constante contraposición entre la dignidad humana y la defensa de la vida misma.

Dejemos atrás las ataduras de la moral cristiana con respecto al sentido de la dignidad humana, me opongo contundentemente a la afirmación de Juan Pablo II, al decir que la dignidad del hombre es relativa a su sufrimiento. ¿Qué clase de aseveración es esta? (Herranz, s.f.) Si bien concuerdo con la premisa cristiana de que la dignidad no se degrada en base a las enfermedades o males que la propia persona llegue a padecer, es cierto que, como menciona Gonzalo Herranz en su escrito sobre la Eutanasia y la dignidad de morir, la dignidad humana se ve minada cuando se encuentra bajo los supuestos de enfermedades y males, esta dignidad se pulveriza al hacer del sujeto alguien sufriente, débil y dependiente. Parafraseando nuevamente a Herranz, ¿por qué no pasar el valor negativo de la muerte hacia los males como el dolor físico, la dependencia absoluta y al mismo sufrimiento moral? ¿No en casos donde los nuevos seres se ven afectados por estas enfermedades congénitas lo más ético sería evitar el sufrimiento del individuo sin poner en una primera instancia la ética cristiana?

Pongamos un alto al pensamiento religioso que asegura que la vida propia no es más que de Dios, diversifiquemos aquella nueva ola ideológica del Vaticano, actualmente se considera ético acabar con una vida si esta sufrirá por un estado prolongado o si no hay cura que pueda mejorar su calidad de vida. (Gómez, 2002) Nuevamente, apoyado en la misma base ética de una de las alas más críticas de la eugenesia, la cristiandad explica al sufrimiento como el dolor del cuerpo y el alma, el dolor mismo ataca a la integridad del ser humano y produce en las personas los sentimientos de odio, rechazo, culpa y miedo, es una máxima cristiana evitar estos males, por ende, refiriéndome a estas palabras del teólogo Fausto B. Gómez, ¿no recogemos el pensamiento de Galton con respecto a que el hombre posee el poder de evitar el sufrimiento en la raza humana, esto a través de la selección artificial? Aquí, estimado lector, hemos logrado ligar a dos pensamientos, generalmente opuestos, en una misma base, el evitar el sufrimiento.

Leamos dignidad humana en base a las palabras del profesor Eusebio Fernández, que conceptualiza a la dignidad como el conjunto del derecho a la vida, la integridad física y moral (Rico Chavarro, 2001), ¿ve, lector, el problema que rodea al pensamiento de la eugenesia? Una constante contraposición de conceptos que no dan cabida a una respuesta absoluta, sino a tintes que van entre los que la apoyan y los que la censuran. Incluso a manera de ver a más profundidad esta constante contraposición, me atrevo a usar a Kant como alguien cuyo pensamiento se ve bivalente ante este problema; la persona misma es un fin y como tal debe defenderse, por lo tanto, la ciencia de la eugenesia, enteramente social que vela por una mejor sociedad y el desarrollo del propio ser humano, se verá en la necesidad de seguir la máxima Kantiana ¿o no es así?

Es cierto que el uso de la eugenesia debe tener ciertas reglas, como dijo el filósofo alemán, Ernst Tugendhat, quien entre sus máximas con respecto al tema menciona una que he tocado, a mi parecer, desde el principio de este ensayo. “El umbral crítico es el que conduce a la eugenesia positiva: permitir la modificación genética a discreción de propiedades psíquicas o físicas que se tengan por mejorables” a su vez, menciona el problema que supone la puesta en marcha de la misma ciencia, cuando habla acerca del quién tendrá y podrá encargarse de estos procesos a su vez que deja en el aire la pregunta con respecto a si el hombre tiene el derecho de manipular a su descendencia. (Rico Chavarro, 2001)

Bajo estos eternos problemas acerca de lo que el hombre puede o no hacer, de lo que el hombre puede o no manipular y de lo que el hombre puede o no evitar, debo decir que, al igual que usted, no tengo una última palabra con respecto al tema, las posiciones son muchas, y al igual que hemos visto a lo largo de este escrito, incluso las posiciones que se manifiestan dentro de mi pensamiento y mi persona me dejan entre la espada y la pared, espero usted entienda mi conclusión, sobre todo a raíz de que espero se haya sumergido en el tema de la eugenesia y haya visto, al igual que yo, que esta polémica investigación debe ser tomada en cuenta con más detenimiento en el futuro; sin embargo, me atrevo a postular una máxima que es que en orden de salvaguardar la integridad del hombre, se le debe evitar el sufrimiento por medio del desarrollo humano que busque desarrollar la salud y las características humanas. Como tal nunca debemos caer del renglón de la eugenesia positiva, sin embargo, la construcción de una verdadera respuesta al tema deberá tomar más tiempo que el vertido en este trabajo.

A manera de conclusión dejaré este fragmento que recojo del escrito de Dídima Rico Chavarro: “¿Permaneceremos, como en el relato de Borges, horrorizados ante la dudosa y angustiosa perfección de los fantasmas creados?”

Bibliografía

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Buchanan, A., Brock, D. W., Daniels, N., & Wikler, D. (2000). Old distinctions in new clothes. En A. Buchanan, D. W. Brock, N. Daniels, & D. Wikler, Genetics and Justice (págs. 104-109). Cambridge: Cambridge University Press.
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